El Queso Manchego, amparado por la Denominación de Origen Protegida (DOP), es mucho más que un producto gastronómico de prestigio internacional. Es el reflejo de una cultura, un paisaje y una forma de vida que han sabido adaptarse a los retos del presente, apostando firmemente por la sostenibilidad.
En primer lugar, desde el punto de vista medioambiental, la DOP trabaja para preservar la raza ovina manchega y los pastos de secano de La Mancha, un ecosistema único y frágil. La conservación de esta raza no solo garantiza la continuidad de una tradición, sino que también refuerza la diversidad genética animal, lo que disminuye la vulnerabilidad de las especies y aumenta sus probabilidades de sobrevivir frente a cambios ambientales.
Además, enriquece la diversidad de productos y servicios animales, preserva las especies autóctonas y el patrimonio natural de cada región, y mantiene vivos los conocimientos tradicionales asociados a estos recursos genéticos.
El aprovechamiento responsable de los recursos naturales se acompaña de prácticas que fomentan la regeneración del suelo y la conservación del paisaje. El uso de forrajes y pastos locales reduce la necesidad de cultivos intensivos, minimizando así el empleo de fertilizantes y pesticidas. A través del pastoreo tradicional, se asegura también la transmisión de prácticas sostenibles a las futuras generaciones, mientras se conserva la oveja manchega, clave para la identidad local y la resiliencia ecológica. Todo ello ayuda a mantener la biodiversidad y luchar contra la desertificación.
En el ámbito social, el Queso Manchego es motor de vida en el medio rural. Aproximadamente 500 ganaderías y más de 60 queserías generan empleo estable en la comarca, favoreciendo el relevo generacional y evitando la despoblación. Cada queso que se produce es también una apuesta por mantener vivas tradiciones, oficios y saberes transmitidos de generación en generación.
En lo económico, el sector del Manchego impulsa el desarrollo de Castilla-La Mancha gracias a un producto con gran valor añadido. Las exportaciones consolidan su presencia en mercados internacionales, lo que se traduce en ingresos que revierten en la región y en sus gentes.
En resumen, el Queso Manchego no solo alimenta: también protege el entorno, sostiene comunidades rurales y refuerza la economía local. Por eso, cada vez que elegimos un Manchego con Denominación de Origen, apoyamos un modelo de producción más justo, sostenible y comprometido con el futuro de nuestra tierra.